Utilizando técnicas ancestrales que permiten la doma del caballo sin necesidad de recurrir al castigo, así trabajan los domadores indios de caballos.
La técnica se basa en la comunicación gestual y sensitiva con el equino. Los encargados de establecer este vínculo se llamaban los ‘susurradores’, término que te sonará mucho de la conocida película ‘El hombre que susurraba a los caballos’